domingo, 1 de marzo de 2009

Me encanta la lluvia. La frescura en el aire, el ruido del agua caer, el olor a humedad, se siente como si se estuvieran limpiando las impurezas en un momento de calma acompañada por el resplandor de los rayos y el rugir de los truenos. Pero también genera una sensación de desamparo, de soledad, de necesitar a alguien qe este a tu lado, te abrace dándote protección, te sonria dandote fuerzas, te mire a los ojos con transparencia, y con la mas suave, dulce y sincera de las caricias te susurre tiernamente al oído qe todo va estar bien, qe no tengas miedo, qe no va a permitir qe nada te pase, qe mientras estén juntos todo va a estar bien, y qe va a estarlo porqe el nunca se separará de tu lado. Porqe te ama. Y ahí sientas como tu sonrisa se ensancha inconcientemente, ahí veas como la de él tambien se ensancha reflejando la tuya, percibas su delicioso, cálido y adictivo aliento sobre tu rostro, y sientas el suave pero impactante roce de sus labios sobre los tuyos, encajando perfectamente entre ellos y comenzando a bailar sin más música qe el ruido de la lluvia cayendo y el ritmo de los latidos de sus corazones. Sentirte amada por qien amás en un dia de lluvia. Y permanecer con él hasta qe la lluvia deje de caer y ya no haya peligro del qe deba protegerte. Pero qe aun asi no te suelte, aun asi no se vaya, aun asi no te deje, porqe te ama. Qedar así eternamente seria el paraíso. Pero no tener de eso ni un corto segundo, más qe en sueños e ilusiones, es la realidad. Cuando la lluvia no es la música de sus besos, sino el ruido de tu soledad. Cuando los truenos no son ecos insignificantes qe escuchas estando entre sus brazos, sino las crueles risas qe se burlan de qe no estas entre ellos. Cuando solo te qeda cerrar los ojos y hechar a volar la imaginacion, porqe no qeda otra alternativa mientras caiga la lluvia. Y abrirlos cuando termine, cuando no escuches mas gotas golpear contra el suelo ni mas árboles sacudirse con el viento, terminando con tu sueño vano e irreal, pero qe aun qeden los charcos en el piso y el olor a humedad, sintiendo qe tus ganas de qe el sueño se cumpla aun están ahi. Y seguirán estando. Aunqe se seqen los charcos y se disuelva el olor. Todo lo qe tu corazon qiere es sentirse amado por su amor.

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