Algunos dicen que no vale la pena el amor. Algunos dicen temer a enamorarse. Algunos dicen que hacerlo sólo es para mal, que el amor va de la mano del sufrimiento, y que ¿para qué enamorarse si por eso vamos a sufrir? Algunos dicen que no quieren arriesgarse a sentir ese dolor profundo que carcome el corazón e inunda hasta el ahogo al alma
cuando el ser amado no corresponde a tu amor, cuando el ser amado ama a otra persona, cuando entre el ser amado y vos se alza maliciosa la distancia, cuando el ser amado demuestra no ser merecedor de tu amor, o, como en este caso, cuando el ser amado ni siquiera sabe que existís. Prefieren que no haya tal "ser amado". Porque aunque sea común escuchar hablar del temor al rechazo, el temor al "no", este miedo a enamorarse es incluso más común, y es el miedo al "sí".
Decirle sí al amor. Decirle sí a abrir tu corazón a alguien nuevo, y junto con él, a una catarata de sentimientos que a pesar de que no te corresponda en el amor, de que ame a otra persona, de que los separe la distancia, de que no merezca tu amor, o, como en este caso, de que ni siquiera sea conciente de tu existencia, y por lo tanto, menos aún de que sientas tanto por él, sí sí, a pesar de todo eso,
sentimientos que no van a desaparecer. Y que al tener tanto en contra y solo su fuerza a favor, se esfuerza por seguir adelante, por mantenerse vivo a pesar de que todo se oponga a él. Y así surge el a veces inevitable dolor del amar, ese capricho insaciable de resistir a todo lo que lo desafíe, esa testarudez de no dejarse vencer a costas de hacernos sufrir un poco o bastante, esa voluntad que tiene el amor de no dejarse morir aunque viva bajo amenaza... y ¿por qué? se preguntan algunos. ¿Por qué se empeña tanto en seguir vivo si a veces sentimos que va a destruirnos? ¿Tenemos que estar atados a depender sentimentalmente de alguien que nos hiere, necesariamente? ¿No sería más fácil para él ceder ante esos conflictos, y para nosotros sacarnos ese peso de encima? Sí, más fácil sería. En soledad todo es más fácil. Porque es más simple. Porque es más insípido.
¿Preferirías morir sin haber sentido el sabor de ese amor que tanto te dolía o vivir en un desamor sin inconvenientes y a la vez sin emociones? Una vida sencilla, una vida monótona. Sentir nada antes que sentir lo difícil del amor... Cuando el dolor es sólo una muy pequeña parte del amor. ¿Vale la pena temerle y por eso perderse de conocer el sentimiento más hermoso que jamás se podría imaginar?
¡NO! Ni siquiera por la razón, que tan indiferente a las emociones es, podría sonar algo que convenga hacer...
Porque el amor como tan inexplicable es, tan indispensable para vivir es. Tarde o temprano una encuentra el amor en otro, aunque el otro no lo encuentre en ella. Aunque al otro no lo conozca del todo. Aunque el otro no sepa que exista. El sentimiento está. Y es tan fuerte que puede darle un vuelco completo,
un giro de 360º a la vida de quien ama. Cosa que ningun otro sentimiento podria hacer, y que el miedo al amor podria dejar estancado en los 0º.
Amar con felicidad, amar con el consentimiento de que lo que estás sintiendo es único e incomparable :)
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